El estilo de frenado es uno de los factores menos considerados por los conductores al momento de analizar el consumo de gasolina, pero en realidad tiene un impacto directo y constante en el rendimiento del vehículo. Tanto en autos manuales como automáticos, la forma en que el conductor gestiona la desaceleración puede determinar si el motor trabaja con mayor o menor eficiencia.
La energía utilizada para acelerar se desperdicia cuando se frena de manera brusca, lo que obliga al motor a realizar esfuerzos adicionales para recuperar la velocidad. Esto se traduce en más consumo de gasolina, mayor desgaste mecánico y un rendimiento general más bajo. En los autos automáticos, el efecto puede incluso ser más evidente, ya que la caja de cambios administra las revoluciones del motor de forma automática y ajusta las marchas en función de las órdenes que interpreta del acelerador y del freno.
Cuando un conductor frena de forma constante y abrupta, el auto suele bajar de marcha rápidamente, lo que genera picos de revoluciones al intentar recuperar la velocidad posteriormente. Esta variación continua provoca que el motor trabaje fuera de su rango óptimo, incrementando el gasto de gasolina en trayectos urbanos y de tráfico denso.

¿Cómo ahorrar gasolina?
Frenar con anticipación es una de las técnicas más efectivas para mejorar el rendimiento de gasolina. Esto implica observar el entorno, prever semáforos, tráfico y obstáculos, y soltar el acelerador con suficiente tiempo para permitir que el vehículo reduzca la velocidad por inercia. En la mayoría de los autos modernos, el sistema de inyección corta el suministro de combustible cuando se deja de acelerar y la transmisión se mantiene engranada, lo que significa que el ahorro es inmediato.
Asimismo, evitar acercarse demasiado al vehículo de enfrente y mantener una distancia segura contribuye a un estilo de manejo más fluido, reduciendo la necesidad de frenadas repentinas. Esta práctica no solo mejora el desempeño del motor, sino que también prolonga la vida útil de discos, balatas y neumáticos.
Otra recomendación clave consiste en mantener velocidad constante siempre que sea posible. Acelerar fuerte para luego frenar de manera abrupta es una de las combinaciones que más gasolina consume, especialmente en vías rápidas y avenidas donde las condiciones del tráfico pueden ser variables.
En autos automáticos, seleccionar modos de manejo como “Eco” ayuda a suavizar la respuesta del acelerador y favorece frenadas progresivas. Con hábitos de manejo más anticipados y suaves, cualquier conductor puede optimizar el rendimiento de gasolina y reducir costos operativos sin hacer modificaciones en el vehículo.