Tomar una curva correctamente al conducir es fundamental para mantener la seguridad. Muchas pérdidas de control ocurren precisamente en estas situaciones, especialmente cuando se entra a la curva con exceso de velocidad, se frena bruscamente o se desconoce cómo distribuir el peso del auto. Aprender la técnica adecuada puede marcar la diferencia entre una conducción segura y un accidente.
El primer paso clave es reducir la velocidad antes de entrar en la curva. Muchos conductores cometen el error de frenar dentro de ella, lo que puede provocar que el auto pierda tracción. Bridgestone asegura que disminuir la velocidad con anticipación permite que los neumáticos mantengan un mejor agarre al pavimento y que el conductor tenga mayor margen para maniobrar.
Una vez dentro de la curva, se debe mantener una velocidad constante y suave, sin acelerones ni frenadas. La dirección también debe aplicarse de forma progresiva: girar demasiado rápido o con movimientos bruscos puede desequilibrar el auto.

Lo ideal es tomar el llamado "trazo ideal", que consiste en abrir la trayectoria al entrar, acercarse al vértice, es decir, el punto más cerrado de la curva; y volver a abrir la dirección al salir. Esto permite una conducción más fluida y segura.
Consejos para tomar curvas muy cerradas
En curvas cerradas o a alta velocidad, también es importante tener en cuenta el reparto del peso del vehículo. Un mal manejo puede generar subviraje (el auto se va de frente) o sobreviraje (la parte trasera se desliza).
Para evitarlo, además de una velocidad adecuada, se debe tener una buena posición al volante, con ambas manos en él en la posición “9 y 3” y la vista adelantada hacia la salida de la curva, según Michelin.
Finalmente, al salir de la curva, es el momento adecuado para volver a acelerar gradualmente. Esto estabiliza el auto y permite recuperar velocidad sin comprometer el control.