Las llantas de refacción son un elemento clave para la seguridad y el funcionamiento correcto de un vehículo, aunque muchas veces se les presta poca atención porque no están en uso constante. Sin embargo, mantenerlas en buen estado es fundamental, ya que en caso de una emergencia son la solución para continuar el viaje con seguridad. Revisarlas periódicamente es una práctica preventiva que puede evitar contratiempos graves en carretera.
Uno de los principales motivos para revisar la llanta de refacción es que, aunque no se use, puede deteriorarse con el tiempo. El caucho envejece por factores como la exposición a la temperatura, humedad y rayos ultravioleta, lo que puede causar grietas, resequedad o endurecimiento. Estos daños comprometen su integridad y aumentan el riesgo de una falla al momento de usarla, lo que puede resultar peligroso en una situación de emergencia.
Además, la presión de aire en la llanta de refacción puede perderse incluso cuando no está en uso. Una desinflada o con presión insuficiente puede ser inutilizable y provocar dificultades para cambiarla o afectar la estabilidad del vehículo si se usa en esa condición. Por ello, es necesario verificar la presión de aire periódicamente y mantenerla en los niveles recomendados por el fabricante.
Revisa todos los aspectos de la llanta de refacción
Otro aspecto importante es la condición del rin y la válvula de la llanta de refacción. Estos componentes también pueden sufrir daños o corrosión con el paso del tiempo, especialmente si el neumático está almacenado en un lugar inapropiado o expuesta a la humedad.
De acuerdo con Goodyear, revisar que el rin no tenga deformaciones ni óxido, y que la válvula esté en buen estado, es parte del mantenimiento necesario para asegurar que la refacción funcione correctamente cuando se necesite.
Además, en algunos vehículos la llanta de refacción es temporal o “de uso limitado”, lo que significa que está diseñada para usarse sólo por distancias cortas y a velocidades reducidas. Conocer sus características y asegurarse de que esté en óptimas condiciones es vital para evitar riesgos durante su uso.
Por último, revisar la llanta de refacción con regularidad contribuye a estar mejor preparados ante situaciones inesperadas, reduciendo el tiempo y la dificultad para cambiar una ponchada. Esto no sólo aumenta la seguridad del conductor y los pasajeros, sino que también previene daños mayores al vehículo o accidentes.
