El sistema de fotomultas se implementó de nuevo en la Ciudad de México como una estrategia para reducir los accidentes de tránsito y fomentar el respeto a las normas de circulación. Este mecanismo utiliza cámaras y radares instalados en puntos estratégicos de la capital. Su función es detectar automáticamente a los vehículos que cometen infracciones como exceder el límite de velocidad, pasarse la luz roja, invadir el paso peatonal o circular en contraflujo.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), el proceso comienza cuando un vehículo es captado infringiendo el Reglamento de Tránsito. Las cámaras toman fotografías y videos en tiempo real, registrando la matrícula, la fecha, la hora y el lugar exacto del incidente. Posteriormente, estas evidencias son revisadas por personal autorizado para confirmar la infracción antes de que se emita la sanción correspondiente. Este paso es importante para garantizar que no existan errores de interpretación o fallas técnicas en el sistema.
Una vez validada la falta, la SSC y la Secretaría de Movilidad (Semovi) generan una boleta de infracción que se envía al domicilio del propietario del auto registrado. En esta se incluyen los datos de la falta, las imágenes captadas por el sistema y el monto de la sanción económica. Actualmente, también se puede consultar y pagar las infracciones en línea, lo que facilita a los automovilistas el cumplimiento de la sanción.
Diferencias entre Fotomultas y fotocivicas
Cabe destacar que, en 2019, con la reforma al Reglamento de Tránsito, el esquema de fotomultas de la CDMX cambió a fotocívicas. En lugar de sanciones económicas directas, se aplican puntos de penalización al automóvil. Cada vehículo cuenta con 10 puntos al inicio del año, y con cada infracción se descuentan dependiendo de la gravedad de la falta.
Al perder puntos, el dueño del carro debe cumplir sanciones como cursos en línea, trabajo comunitario o asistir a pláticas de educación vial. Solo en casos específicos, como reincidencia o faltas graves, se aplican sanciones económicas.
Este sistema busca no solo sancionar, sino también educar a los conductores, promoviendo una cultura vial más segura. Según datos del gobierno capitalino, la implementación de fotocívicas ha reducido los accidentes de tránsito en vialidades donde operan estos dispositivos, lo que demuestra su efectividad como herramienta preventiva más que recaudatoria.
