El clutch o embrague es uno de los componentes más importantes en los vehículos con transmisión manual. Su función principal es conectar y desconectar el motor de la caja de cambios, permitiendo realizar los cambios de velocidad de manera adecuada. Sin embargo, en situaciones de tráfico pesado, donde el arranque y la detención son constantes, muchos conductores suelen darle un uso incorrecto que puede reducir su vida útil y afectar el desempeño del auto.
Uno de los errores más comunes es mantener el pie apoyado en el clutch durante largos periodos, lo que se conoce como “conducir con el clutch pisado”. AutoZone asegura que esta práctica provoca un desgaste prematuro del disco y del collarín, además de generar calor excesivo en el sistema. Lo recomendable es presionar el pedal únicamente al realizar el cambio de marcha y después retirarlo por completo.
En tráfico pesado, otra práctica dañina es “medio embragar”, es decir, mantener el clutch a la mitad para avanzar lentamente. Aunque parece una forma de controlar mejor el vehículo, en realidad produce fricción constante que acelera el desgaste. En lugar de ello, se recomienda usar la primera velocidad, avanzar un poco y detenerse por completo con el freno cuando el tránsito no fluye.

Estas acciones están dañando tu clutch
También es importante evitar sostener el auto en una pendiente usando el clutch. Esta acción fuerza el mecanismo y reduce considerablemente su durabilidad. En su lugar, debe utilizarse el freno de mano o el freno de pie para mantener el vehículo detenido hasta que sea necesario avanzar.
Otro consejo útil es mantener una distancia adecuada con el vehículo de adelante. De esta forma, se puede avanzar en lapsos más largos en lugar de estar arrancando y deteniéndose a cada momento. Esto no solo ayuda a prolongar la vida útil del clutch, sino que también reduce el consumo de combustible y el cansancio del conductor.
Finalmente, conviene recordar que el clutch está diseñado para usarse de manera precisa y breve. De acuerdo con Bosch, la práctica de descansar el pie sobre el pedal, aunque parezca ligera, ejerce presión constante sobre el sistema. Adoptar el hábito de mantener ambos pies en reposo, salvo al cambiar de marcha, es clave para su buen funcionamiento.