El uso correcto de las direccionales, también conocidas como intermitentes o luces direccionales, es una de las acciones más simples y, a la vez, más importantes en la conducción. Estas señales luminosas permiten a los conductores comunicar sus intenciones a los demás usuarios de la vía, lo que reduce riesgos de accidentes y facilita la convivencia vial.
En primer lugar, encender las direccionales con anticipación al girar o cambiar de carril es una regla básica de tránsito. Según expertos en seguridad vial, lo ideal es activar la señal con al menos 30 metros de anticipación en zonas urbanas, y con mayor distancia en carreteras. Esto brinda tiempo suficiente para que peatones, ciclistas y conductores ajusten su comportamiento ante la maniobra.

Otro aspecto relevante es que las direccionales deben mantenerse encendidas durante toda la acción. Muchos conductores suelen apagarlas antes de concluir el giro o el rebase, lo cual genera confusión y puede provocar choques. Es responsabilidad del automovilista desactivarlas una vez terminada la maniobra, evitando así que otros usuarios interpreten que realizará otro movimiento.
También es importante destacar que las direccionales no solo se usan al girar a la derecha o izquierda, sino también al incorporarse a una vía, salir de un estacionamiento, realizar un rebase o cambiar de carril. Incluso, en condiciones de tránsito denso, el aviso de la intención de moverse entre carriles permite una circulación más ordenada y menos conflictiva.
¿Qué pasa si no uso las direccionales?
No encenderlas representa un riesgo considerable. De acuerdo con datos de la Secretaría de Movilidad de la CDMX (Semovi), una parte significativa de los accidentes por alcance o de los choques laterales se relaciona con la falta de señalización previa. Además, omitir su uso puede ser motivo de sanciones económicas en varias ciudades de México y del mundo, ya que se considera una infracción a la normativa de tránsito.
Finalmente, el uso correcto de las direccionales es una muestra de cortesía vial. Encenderlas demuestra respeto hacia los demás y contribuye a una movilidad más segura. Si todos los conductores las emplearan de manera adecuada, se reducirían los incidentes por sorpresa o malentendidos en la vía pública.