Los autos eléctricos en México han ganado terreno en los últimos años, lo que ha impulsado el desarrollo de seguros especializados. A diferencia de los coches de combustión, los vehículos eléctricos cuentan con componentes únicos y costosos, como baterías, cables de recarga y sistemas de control sofisticados; que requieren protección adicional. Por ello, las aseguradoras han empezado a ofrecer coberturas específicas adaptadas a estas necesidades.
De acuerdo con Seguro.Mx, la cobertura típica para un auto eléctrico incluye elementos comunes como responsabilidad civil, daños materiales, robo y asistencia médica, pero también incorpora protecciones exclusivas: robo o daño de cables de carga, asistencia para recarga, protección de la batería e incluso localización satelital. Estos servicios ayudan a responder a los retos particulares de los vehículos eléctricos.

En cuanto a costos, los seguros para autos eléctricos suelen ser más caros que para carros convencionales. Esto se debe al alto valor de los vehículos, la elevada tecnología implicada y la complejidad de las reparaciones. Estudios indican que las primas pueden ser entre un 10 % y un 30 % más altas, e incluso hasta un 17 % mayores por el costo de reparaciones y baterías.
Los costos de contar con seguro para un auto eléctrico
En México, cifras recientes señalan que las primas para autos híbridos y eléctricos oscilan entre $16,000 y $18,000 pesos anuales. Adicionalmente, los costos de reparación también son significativamente más altos: cerca de $42,000 pesos para eléctricos y $28,000 para híbridos, según datos de AXA.
Al nivel de cotización, un Tesla Model 3 2019 con cobertura amplia en CDMX puede costar alrededor de $19,000 pesos al año, de acuerdo con Rastreator. Otros ejemplos incluyen modelos BYD, cuya cobertura amplia puede variar entre aproximadamente $6,000 y más de $36,000 pesos, dependiendo del modelo y aseguradora.
Gran parte del incremento en primas y costos está relacionado con el valor elevado de estos vehículos y la necesidad de atención especializada. Reemplazar baterías, por ejemplo, es costoso; además, los talleres certificados y la tecnología requerida elevan el costo de reparación.