En la actualidad, la existencia de diversos esquemas de crédito en la oferta de las marcas automotrices es una realidad común. Sin embargo, en los albores de la venta de vehículos, tales sistemas eran inexistentes y las transacciones se realizaban al contado. En un país como México, inmerso en la recuperación posrevolucionaria, los distribuidores se vieron impulsados a innovar en sus estrategias de venta, dando origen al crédito automotriz gracias a su ingenio.
A principios del siglo XX, México atravesaba un periodo de inestabilidad política y económica derivada de conflictos recientes. Bajo estas circunstancias, la adquisición de un automóvil, cuyo costo ascendía a aproximadamente 1,000 pesos en plata mexicana de la época, no era una decisión habitual.
En 1923, tres años antes de la apertura de la primera planta de Ford en México, los propietarios de la empresa Importadora de la Laguna idearon una modalidad de crédito que no solo ha perdurado, sino que también sentó las bases del autofinanciamiento, transformando de manera irreversible el sistema de ventas de vehículos.
La compañía comercializó 100 "acciones", cada una valorada en 1,200 pesos, pagaderas en doce mensualidades sin intereses. Mediante este sistema, se realizaba una rifa mensual para determinar al beneficiario del automóvil. Este esquema fue promocionado en la prensa como el "Plan Ford", destacando la posibilidad de inscripción para cualquier individuo en cualquier punto del país.
El interesado debía suscribirse al plan para obtener el derecho a adquirir Cheques Ford, los cuales le permitirían obtener un vehículo con pagos semanales de 20 pesos durante cincuenta semanas. Este monto resultaba sumamente atractivo y accesible para la mayoría de las familias mexicanas.
Otras estrategias de venta incluyeron rifas en las que el precio del boleto cubría el valor del vehículo, y en otras ocasiones se obsequiaban cupones de descuento.
Innovación que perdura
Con el transcurso de las décadas, las opciones se han sofisticado y diversificado. Aunque el Plan Ford ya no está vigente, desde hace 60 años la compañía ha provisto los servicios de Ford Credit con el fin de asistir a las personas en la consecución del sueño de adquirir un vehículo de la marca.
"Cada día que aprobamos un crédito, consideramos cómo facilitar la obtención de financiamiento y la apropiación de un vehículo Ford. No somos una entidad bancaria; somos personas al servicio de personas".
Adriana Valenzuela
Directora de Ford Credit México
Actualmente, este equipo, compuesto por más de 4 mil individuos, se compromete diariamente a optimizar el servicio al cliente. Adicionalmente, la tecnología actual representa una herramienta invaluable para lograr este objetivo. Ford Credit se ha enfocado en agilizar los procesos mediante su aplicación móvil, permitiendo pagos con un solo clic, y ha implementado inteligencia artificial para anticipar las necesidades de los clientes.
Desde el Plan Ford hasta Ford Credit, la esencia permanece: hacer posible el anhelo de poseer un vehículo con el óvalo azul. Cada automóvil que egresa de una agencia, financiado gracias a esta visión que surgió hace más de un siglo, porta consigo la historia de cómo la innovación y la empatía abrieron las puertas a la movilidad para las familias mexicanas.
Este legado continúa demostrando que, más allá de las cifras, lo que verdaderamente se financia es la posibilidad de alcanzar un sueño, emprender un viaje y construir un futuro al volante.