Max Verstappen es ya dos veces campeón del mundo, y el equipo Red Bull tiene a Sergio ‘Checo’ Pérez en segundo lugar, algo que nunca habían conseguido. Sin embargo, el piloto holandés carga con una pesada sombra detrás, especialmente después de su pleito con Pérez: esa sombra es la de su padre, el también piloto de F1 Jos Verstappen.
Jos también fue un piloto de la F1 y corrió 106 grandes premios entre el 94 y el 2003; fue incluso compañero de equipo del mítico Michael Schumacher, pero aunque no tuvo grandes victorias ni campeonatos, es recordado por su fiero y violento carácter.
Luego de su retiro de la F1, Jos Verstappen se dedicó fatalmente y de forma obsesiva a crecer la carrera de su hijo Max, pero con métodos que rayan en el abuso infantil; métodos que el propio Max ha admitido que lo marcaron de por vida.
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A la luz de las controversias de la familia Verstappen, el historial de Jos arroja una luz mayor en el carácter y personaje de Max, que se ha erigido ahora como una suerte de antihéroe de la Fórmula 1.
El oscuro historial de Jos Verstappen y su crueldad conyugal
El mal carácter de Jos Verstappen es temido incluso por gente cercana a él; dicen que tiene ‘las manos largas’ porque tiende a la violencia física y a los golpes. Tanto así que el ex piloto ha pisado la cárcel, y por cargos serios que incluyen intento de asesinato.
El primero de muchos altercados de Jos inició en 1998, cuando Max apenas había nacido. Jos y su padre (el abuelo de Max) Frans Verstappen se encontraban en Lanaken, Bélgica, a las afueras de una pista de karts. Querían entrenar un rato, pero otro grupo de personas también quería usar la pista.
La discusión empezó y los Verstappen se hicieron a golpes: un hombre de 45 años terminó con el cráneo fracturado, y Jos y Frans recibieron una sentencia de 5 años de cárcel, que libraron por un pelo, gracias a un acuerdo con la víctima.
Diez años después Jos Verstappen estaba de nuevo ante la corte por agredir físicamente a su esposa, la madre de Max Verstappen y también pilota de karts, Sophie Kumpen con quien se había casado hacía 12 años. Max tenía 11 años de edad.
La demanda de Kumpen incluía amenazas verbales, golpes y una acusación de que Jos había pinchado las llantas de su auto en tres ocasiones.
Jos fue encontrado inocente de los cargos de agresión, pero culpable de haber mandando amenazas a través de mensajes de texto a su mujer y le impusieron tres meses de libertad condicional.
Ese mismo año se concretó el divorcio de la pareja, algo que marcó la vida de Max y su hermana Victoria Jane Verstappen. Ella se fue a vivir con Kumpen, mientras que Max se quedó con su padre.
En 2011 Jos estaba de nuevo frente a la autoridad por un cargo de agresión: había golpeado a su novia de 24 años luego de una discusión en un hotel de Venlo. Un año después el cargo de agresión había escalado al intento de asesinato.
Jos atropelló de forma intencional a la joven mujer en la ciudad holandesa de Roermond. Jos Verstappen estuvo dos semanas en la cárcel, pero lo liberaron por falta de pruebas. La mujer dijo estar seriamente asustada por su vida luego de que liberaran al ex piloto.
La última de todas se dio en 2016: Jos Verestappen golpeó a su propio padre, durante el Gran Premio de Hungría de ese año. Ambos apoyaban la lucha de Max pero una discusión se salió de control y Jos atacó con golpes de puño a su propio padre.
No trascendió porque Frans no presentó cargos, pero mostró los moretones de su cara y cabeza a los periodistas.
Max Verstappen, marcado por la sombra de su padre
Todo este temperamento y violencia los habría soportado Max desde pequeño. En el documental “Whatever It Takes” que narra la vida de Max Verstappen y su lucha por el primer campeonato, tanto él como su hermana hablaron de la dura relación con Jos.
Max Verstappen narra allí una dura escena cuando él tenía 15 años. Había ido con su padre a una carrera de karts, en la que Max tenía la tarea inamovible de ganar. Sin embargo tuvo un accidente y chocó el kart en el que Jos había estado trabajando.
Tal fue el enojo de Jos, que al llegar a una gasolinera, de regreso de la carrera, Jos abrió la puerta del coche y le ordenó que bajara del auto.
Max, sorprendido, obedeció y Jos se largó de allí. Max estuvo varias horas varado en aquella gasolinera, hasta que le habló a su madre para que lo fuera a recoger.
Amigos de Jos han dicho cuánto le temen cuando se enoja; en el documental algunos de ellos hablan de que tenían prohibido consolar a Max cuando algo salía mal: nadie podía hablarle.
Finalmente, Max Verstappen ha reconocido el miedo que le tiene a Jos y los duros que fueron sus métodos, y que quizá por eso llegó a ser campeón: forjado así con sangre y lágrimas.
“Mi actitud viene de mi padre. Tengo que reconocerlo. No hay nadie en el mundo más duro conmigo que él. No importa lo que nadie me diga, nada me puede hacer tanto daño como lo que me diga él. Al mismo tiempo, el ser campeón se lo debo a mi papá, mi esencia como piloto es la suya, para bien y para mal”.