Entre los puristas del deporte seguido resurge la mítica pregunta, ¿de verdad la Fórmula 1 es un deporte? La respuesta a dicha pregunta puede tener actitudes apasionadas que dividen a los admiradores de una u otra corrientes.
El argumento principal contra la noción de que la Fórmula 1 no es un deporte, es que no aparece en los Juegos Olímpicos; otro es el hecho de que se compite con automóviles y son estas máquinas las que se llevan el trabajo.
Por otra parte, está la idea de que un verdadero deporte se centra únicamente en el desempeño físico (podríamos decir biológico) de los concursantes.
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Pero la realidad es un poco más compleja que eso. No sólo la Fórmula 1, sino el automovilismo en general, sí es un deporte. Si esta afirmación te escandaliza, aquí te decimos por qué.
Por qué la Fórmula 1 sí es un deporte
En primera instancia, la RAE designa la siguiente definición a la palabra “deporte”.
“Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas”.
Sujetos a dicha definición, la Fórmula 1 o cualquier acto de automovilismo son en sí mismos deportes. ¿Por qué? Porque el manejo del automóvil demanda una gran fuerza física, también se desarrolla en el marco de una competición, y su manejo supone largos entrenamientos a los involucrados.
Sucede que manejar un auto de la Fórmula 1 no es cosa fácil, se requiere una gran preparación física y mental para competir en una liga como esta.
En primer lugar, sólo para frenar, se requieren unos 125 kilos de peso, de modo que, en cada curva, los pilotos requieren una gran cantidad de fuerza para frenar y volver a la carga en una recta.
Por otra parte, el cuerpo de los pilotos está sujeto a las Fuerzas G. ¿Qué son las Fuerzas G? No son otra cosa que la gravedad. Todos la sentimos, de forma vertical, al estar adheridos al piso o cuando damos un brinco.
Pero un piloto de la Fórmula 1, o cualquier persona que se suba a un auto de gran velocidad (o un jet, por ejemplo) experimenta estas fuerzas de forma horizontal, y longitudinal, lo que vuelve difícil la respiración.
En una frenada, un piloto de la F1 puede experimentar hasta 5 Fuerzas G sobre el cuello, y pecho, lo que significa 5 veces su peso corporal.
Por eso es que los pilotos deben mantenerse ligeros en su peso corporal, lo que les demanda una dieta, una gran cantidad de ejercicio físico, y una serie de preparaciones en sus reflejos, en su resistencia a la Fuerza G especialmente en el cuello.
Si una persona no profesional se subiera a un F1, su cabeza rebotaría de lado a lado con cada frenada, y su cuerpo rebotaría de lado a lado en cada curva. Aquí podemos ver un ejemplo.
Otro factor es también la temperatura de la cabina del monoplaza, que en el transcurso de una carrera puede alcanzar los 50 grados centígrados. Por eso es que los pilotos deben también someterse a preparaciones físicas importantes antes de una carrera.
Después de ella generalmente están deshidratados, y agotados física y mentalmente debido a las fuerzas que se involucran en las carreras, donde se alcanzan más de 300 kilómetros por hora.
No hace falta subrayar, desde luego, el riesgo real de muerte para los pilotos, como lo pudimos constatar con el accidente del chino de Alfa Romeo, Zhou Guanyu en el pasado GP de Inglaterra.
Entonces, ¿por qué la F1 no está en los Juegos Olímpicos?
Durante mucho tiempo los deportes del motor no se incluyeron en la cartilla de los deportes olímpicos, aunque en realidad ambas facetas del deporte han estado profundamente relacionadas desde inicios del Siglo XX.
La noción de diferencia viene del argumento centenario de que el espíritu Olímpico premia solamente al desempeño de los cuerpos y no a sus herramientas (en este caso el auto).
Pero en años recientes las cosas han cambiado. En 2012 el cuerpo de gobierno de los Olímpicos reconoció a los deportes del motor como parte de la cartilla olímpica, ya que comparten el mismo espíritu.
Recientemente, en 2021, los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Argentina, incluyeron competencias virtuales de carreras, en las que se premió pilotos de simulación.
Así que no sería raro ver que en el futuro cercano a los pilotos de la F1 se les dieran medallas de oro, plata o bronce.