La pole position es uno de los elementos más codiciados durante un fin de semana de Fórmula 1, y en el caso del Gran Premio de Las Vegas, su importancia adquiere un matiz particular debido a las características del trazado urbano y a las condiciones nocturnas en que se disputa la carrera. Aunque arrancar desde la pole supone una ventaja clara, la historia reciente del evento demuestra que no es garantía absoluta de victoria.
Salir primero en Las Vegas permite al piloto controlar el ritmo desde la largada, administrar la temperatura de los neumáticos y evitar el tráfico que suele ser determinante en circuitos callejeros donde los muros están extremadamente cerca. La primera curva y los metros iniciales requieren concentración absoluta, ya que cualquier error puede tener consecuencias severas. Un piloto que se mantiene al frente también reduce el riesgo de verse involucrado en incidentes comunes en el pelotón intermedio, especialmente en las primeras vueltas, donde la lucha por la posición se intensifica.

Las condiciones nocturnas agregan un desafío adicional. Con temperaturas más bajas que las habituales en otros Grandes Premios, los neumáticos tardan más en alcanzar su ventana óptima de funcionamiento, lo que complica la adherencia en la pista. Para el piloto que parte desde la pole, esto representa una oportunidad para imponer ritmo sin la presión inmediata de perseguir a otros, mientras que los que vienen detrás deben tomar más riesgos para calentar las gomas y ganar posiciones.
Tener la pole no garantiza nada en el GP de Las Vegas
Sin embargo, la pole no asegura automáticamente el triunfo. La historia reciente del GP de Las Vegas lo confirma. En la edición de 2023, el piloto que arrancó desde la pole, Charles Leclerc, perdió frente a Max Verstappen, quien remontó gracias a ritmo de carrera y estrategia. En cambio, en 2024, el poleman George Russell sí convirtió su ventaja inicial en triunfo.
Otro elemento que juega un papel fundamental son los Safety Cars, relativamente frecuentes en trazados urbanos. Una neutralización puede eliminar cualquier ventaja construida desde la pole, reagrupando el pelotón y dando nuevas oportunidades a competidores más retrasados.