Electromovilidad

Flota eléctrica: la guía definitiva para tomar la mejor decisión

El camino hacia la electrificación de flotas aún enfrenta obstáculos, sin embargo, es inevitable, por lo que es mejor conocer este mundo

Flota eléctrica: la guía definitiva para tomar la mejor decisión
La electromovilidad es hoy una realidad, también en las flotillas. Foto: Freepik / Ilustrativa

En México, el tema de los hidrocarburos no desaparecerá pronto. Al ser uno de los principales recursos de exportación y destino de millonarias inversiones en extracción, el camino hacia la electrificación de flotas aún enfrenta obstáculos.

¿Realmente una flota eléctrica es ecológica?

Sí. Como parte de los esfuerzos de las armadoras por migrar hacia vehículos que no dependen de combustibles fósiles, los eléctricos no emiten CO2 durante su uso. Esto representa una reducción importante en la contaminación ambiental y también en la auditiva: sus motores eléctricos, impulsados por baterías de litio, son prácticamente silenciosos, lo que en entornos urbanos resulta muy beneficioso.

Además, los vehículos eléctricos ofrecen ventajas económicas. Por ejemplo, no requieren el pago de verificación vehicular, lo que elimina un gasto recurrente dentro del mantenimiento de flotas.

Los retos de los vehículos eléctricos

Aunque sus beneficios son claros, la tecnología aún enfrenta desafíos. Algunos usuarios reportan diferencias de manejo frente a vehículos de combustión, ya que las baterías —ubicadas en la parte posterior de la carrocería— añaden peso y cambian la dinámica de conducción.

Otro gran reto es la infraestructura de carga. Si bien se han multiplicado los puntos de recarga en zonas estratégicas, todavía están lejos de alcanzar la cobertura y practicidad de las gasolineras. Esto limita su viabilidad para recorridos largos en carreteras, ya que además del número reducido de cargadores, el tiempo de carga sigue siendo mayor en comparación con llenar un tanque de gasolina.

¿Cómo avanzar hacia la reducción de emisiones?

La transición no tiene por qué ser radical. Existen alternativas que permiten avanzar paso a paso:

  • Vehículos eléctricos de capacidad media: ideales para operaciones urbanas, donde los centros de distribución (CEDIS) ya cuentan con infraestructura de carga.
  • Vehículos híbridos (HEV): combinan motor a combustión y batería recargable, ofreciendo un balance entre autonomía y sostenibilidad.
  • Gestión eficiente de combustible: incluso con unidades de combustión, contar con sistemas de monitoreo ayuda a optimizar consumos, reducir costos y planificar mantenimientos preventivos.

Conclusión

La electrificación de flotas es un camino inevitable, pero su implementación depende del tipo de operación, la infraestructura disponible y la estrategia de cada empresa. Evaluar las opciones —eléctricos, híbridos o mejoras en combustión— es clave para tomar la mejor decisión.

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