La canícula es un evento climático que ocurre en algunas partes de México entre julio y agosto, que se caracteriza por generar altas temperaturas en gran parte del país.
Este fenómeno sucede en el verano, cuando las lluvias disminuyen porque los vientos impiden la formación de nubes sobre el océano y, por ende, se reducen las precipitaciones.
La duración de la canícula es de aproximadamente 40 días y comienza unas semanas después del solsticio de verano, es decir, el 21 de junio.
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Estas altas temperaturas pueden dañar tanto el interior, como el exterior de tu auto, por ello, aquí te dejamos algunas recomendaciones para que la canícula no te agarre desprevenido.
1. Evita el sol
Estacionar tu carro debajo del sol durante la canícula, podría ocasionar daños en la pintura del auto, en el volante, tablero y vestiduras; por ello, prefiere los lugares con sombra o techados.
2. Cuida el interior del auto
Utiliza un cubre parabrisas para rebotar la luz del Sol y proteger el interior del vehículo; así como un protector de volante, a fin de que este no absorba el calor.
3. Revisa el sistema de refrigeración
Checa que todo el sistema de refrigeración esté en perfectas condiciones, de lo contrario, el motor podría sobrecalentarse fácilmente.
4. Lava el auto cuando no esté caliente
Es recomendable lavar el auto de forma habitual, no obstante, es imprescindible que no se haga bajo el sol o cuando el carro esté caliente, ya que esto podría crear un shock térmico y dañar de forma irreversible la carrocería.
5. Aplica cera contra la radiación ultravioleta
Actualmente, existen diferentes ceras que te ayudarán a proteger tu vehículo del envejecimiento que provocan los rayos UV en la carrocería e interiores.
¿En qué estados hay canícula?
Los estados de México que se enfrentan mayormente a la canícula son:
Campeche, Colima, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.
De acuerdo con el Gobierno de México, “la palabra canícula deriva de la palabra 'canes', que significa perros, y su alusión al fenómeno de calor abrasivo tiene una base astronómica, ya que se refiere a la constelación del Can Mayor (Canícula) y su estrella Sirio 'La Abrasadora', cuya primera aparición en el horizonte coincidía con el fenómeno de calor excesivo."