Los autos arte de BMW son uno de esos puntos de intersección entre dos disciplinas aparentemente disímiles: el arte y el automovilismo.
Sin embargo, desde 1975, cuando salió el primero de todos ellos, se han mantenido como una tradición; como iconos de la cultura popular, y como una forma de diálogo entre la tecnología, el arte, y el tiempo.
En los autos arte de BMW no es lo mismo el BMW 3.0 CSL de Alexander Cadler, que el H2R de Olafur Eliasson.
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Cada uno de estos autos son autónomos, productos de su tiempo, y dialogan de forma diferente con las nociones de velocidad; el manejo; la tecnología; o el medio ambiente.
Después de 47 años de historia y 19 modelos, los autos arte de BMW se conservan como piezas únicas y fascinantes, cuyo misterio se hace más hondo ante la pregunta, ¿Cuándo saldrá el modelo número 20?
Como su 50 aniversario se acerca, creemos que el próximo puede ver el mundo en tres años. Pero para darte una mirada panorámica a los más fascinantes autos arte de BMW hemos preparado la siguiente lista.
Los autos arte de BMW que hicieron historia
- El de Alexander Cadler, 1975
Fue el primero de todos, el que comenzó la historia. Fue en 1975 cuando corrió en las 24 Horas de Le Mans: a bordo, el piloto francés Hervé Poulain.
Los espectadores de la carrera quedaron fascinados con el bólido lleno de color. Pero tenía una historia interesante.
El amigo de Poulain, Alexander Cadler, se había interesado en combinar la tecnología con la escultura, y desarrolló un estilo propio, a menudo muy abstracto de esculturas masivas, pero al mismo tiempo muy livianas.
Por su amistad, el piloto francés insistió en que Cadler interviniera su BMW 3.0 CSL para la carrera, a lo que Cadler aceptó, con este resultado.
- El de Andy Warhol, 1979
Con seguridad el más conocido de todos. El genio detrás del arte pop intervino este M1 con una técnica de color revolucionaria que pretendía representar la velocidad.
Para volverla lo más fidedigna posible, difuminó los colores mezclándolos entre sí como si el auto hubiera corrido con la pintura fresca.
Este modelo corrió en las 24 Horas de Le Mans en 1979 a manos de Poulain. Quedó en sexto lugar.
Los autos arte de BMW que rompieron la historia
- El de Matazo Kayama, 1990
El tema de este 535i intervenido por el pintor japonés fue “Nieve, Luna, y Viento”. Su intención era la de mezclar los avances tecnológicos de la marca, con la noción de modernidad en Japón.
Utilizando un aerógrafo, el japonés resalta la elegancia del modelo a través de líneas plata y azules que se intrincan como si fueran cristales. Utilizó una técnica de pintado especial de nombre “Kirigane”, que significa “metal cortado”.
- El de Sandro Chia, 1992
Inspirado por su infancia en Florencia, el pintor italiano intervino este Touring Racer Serie 3 con miles de rostros que parecen adentro de un mar de color.
Es una de esas piezas que se ve de lejos de una forma, y cuando se ve de cerca, tiene otra totalmente diferente.
Para el italiano era un acto de reflejar a quienes veían el automóvil: los rostros de los espectadores; que es también el reflejo de una sociedad.
- El de Olafur Eliasson, 2007
El escultor y artista multimedia danés removió por completo la carrocería de este BMW H2R y la reemplazó con una carcasa hecha de metal trenzado y capas de hielo.
El resultado final de esta arriesgada instalación, es una reflexión sobre la tecnología enfrentada a la naturaleza; la relación entre la producción de autos y el calentamiento global y las energías renovables.
Este modelo fue intervenido a petición del artista, toda vez que fue uno de los primeros autos capaces de correr con hidrógeno.
BMW fue una de las primeras compañías en probar la viabilidad de este revolucionario combustible renovable.
El auto arte de BMW que se reencontró con la historia
- El de Jeff Koons, 2010
Jeff Koons es uno de esos genios a medio camino entre la publicidad, el arte pop y la vanguardia.
Heredero sin dudas de Andy Warhol y Marcel Duchamp, el estadounidense intervino este BMW M3GT2 con una paleta de colores y líneas dislocadas que evocan velocidad, poder y energía.
Muy a la manera de Warhol, este auto arte regresa las raíces de la tradición para representar el poder de la velocidad, y lo que este provoca en el espectro del color.
Este modelo, a diferencia de los anteriores que sólo eran para exhibición, sí corrió en el 24 Horas de Le Mans, en junio de 2010.
Lo hizo con el número 79, un claro homenaje a Warhol, quien intervino su auto arte en ese año.