Rolls-Royce, la centenaria marca de ingeniería, está apostando por la exploración espacial a través de la energía nuclear.
La compañía se ha convertido en una pionera en la exploración espacial con este tipo de energía, y actualmente está trabajando en al menos tres tipos de soluciones que podrían definir el futuro de la humanidad.
Y es que las ambiciones de gente como Elon Musk de explorar el espacio profundo, e incluso habitar Marte, son compartidas por otros innovadores en la materia.
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En palabras de Jake Thompson, Jefe de Innovación en Rolls-Royce, la ambición es regresar a la luna en los próximos cinco años, llegar a Marte hacia 2030 y explorar el resto del sistema solar hacia los próximos 50 años.
“Para la exploración espacial necesitas energía en donde no existe la luz solar, en donde no hay combustibles, ni oxígeno. Hay una serie de tecnologías que nos permitirían generar la energía necesaria para este objetivo”.
Las tecnologías de Rolls-Royce para la exploración espacial
De forma puntual, las tecnologías que Rolls-Royce se encuentra desarrollando para lograr el objetivo de explorar el espacio profundo son:
Turbinas de gas
Estas servirían para impulsar aviones hipersónicos que podrían viajar de la tierra, a la luna, de la luna a Marte y quizá un poco más allá.
Propulsión nuclear térmica
Este tipo de propulsión utilizará la energía nuclear para impulsar naves espaciales de mayor tamaño que podrían viajar al espacio profundo.
Mini reactores nucleares
Estos mini reactores nucleares servirían para proveer de energía a las bases que se ubiquen en la luna o Marte. Estos mini reactores serían capaces de recuperar la energía desperdiciada y para aumentar por décadas su vida útil.
Ventajas de la energía nuclear para la exploración del espacio
Los cohetes espaciales de la actualidad se impulsan a través de combustible; el problema con este tipo de propulsión es que el cohete debe cargar con toneladas de combustible líquido que puede ser volátil en ciertas circunstancias.
En cambio, con la propulsión nuclear, el cohete sólo tendría que cargar con unos pocos gramos de uranio para producir su energía de propulsión.
Esto permitiría que el peso de un cohete fuera mucho más ligero, y que ese espacio que antes ocupaba el combustible, lo ocupara otra carga útil.
También permitiría viajar mucho más rápido y de manera más segura.
Con todo lo anterior, Rolls-Royce tiene a la fecha unos 60 ingenieros y científicos trabajando en estas tecnologías.
Actualmente se encuentran desarrollando los primeros modelos de estas tres tecnologías, y en sus fases iniciales de prueba. Estas fases de prueba se realizan con simuladores digitales y otras herramientas.
Sin embargo, Rolls-Royce ya ha construido un prototipo nuclear a pequeña escala y para 2029 tendrán su primer reactor nuclear espacial que será enviado a la luna.