La deducción de casetas y peajes es un tema relevante para contribuyentes que realizan desplazamientos frecuentes por motivos laborales o empresariales y buscan optimizar su carga fiscal ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Estos gastos pueden ser deducibles como parte del concepto de transporte, siempre que cumplan con ciertos requisitos y cuenten con la documentación adecuada para comprobar su relación directa con la actividad económica del contribuyente.
De acuerdo con el SAT, los pagos por uso de autopistas, puentes y carreteras de cuota pueden deducirse siempre que estén vinculados con actividades productivas que generen ingresos. Esto incluye viajes para realizar entregas, traslados para visitar clientes, asistir a reuniones de trabajo, transportar mercancías o supervisar operaciones en otras ciudades. En el caso de personas físicas con actividad empresarial, profesionales independientes y empresas, los gastos de casetas pueden registrarse como deducciones cuando forman parte de la logística necesaria para la operación diaria.
Uno de los aspectos más importantes es contar con el comprobante fiscal digital (CFDI) correspondiente. En la mayoría de las autopistas en México, las casetas entregan comprobantes simplificados, pero para que sea deducible, el contribuyente debe generar la factura electrónica con RFC en los portales oficiales de las operadoras, ingresando datos como folio del ticket, fecha y monto. Si no se realiza este proceso, el gasto no será válido fiscalmente. Además, el pago debe hacerse preferentemente por medios electrónicos para facilitar la comprobación.
Consideraciones clave al querer deducir gastos de casetas
Otro punto clave se refiere a los límites de deducción. Si los gastos de transporte están asociados al uso de vehículo propio, las casetas pueden deducirse junto con otros costos operativos como gasolina y mantenimiento, aunque estos rubros están sujetos a topes fiscales. En el caso de arrendamiento de vehículos o transporte contratado, la empresa también puede deducir peajes siempre que estén incluidos en la factura final.
Los gastos personales como viajes recreativos, turísticos o desplazamientos sin relación laboral no pueden deducirse bajo ningún concepto, incluso si se cuenta con factura. El SAT podría rechazar la deducción si detecta que no existe sustento económico de la actividad vinculada.
