Conducir bajo los efectos del alcohol es una de las conductas más sancionadas por las autoridades de tránsito en México, debido al alto riesgo que representa para la seguridad vial. Por ello, los programas de alcoholímetro se aplican de forma permanente en muchas entidades del país y contemplan sanciones específicas cuando un conductor da positivo en la prueba.
Cuando un conductor rebasa el límite de alcohol permitido, generalmente 0.40 mg/L de alcohol en aire exhalado para automovilistas particulares, se considera una infracción grave. En el caso de conductores de transporte público, de carga o de servicio, la política suele ser de tolerancia cero, por lo que cualquier nivel detectable de alcohol implica sanción inmediata.

Una de las consecuencias más comunes es la multa económica. El monto varía según la entidad federativa, pero suele calcularse en Unidades de Medida y Actualización (UMA). En algunos estados, la multa puede ir de 20 a más de 60 UMA, lo que representa varios miles de pesos. Además, el vehículo puede ser remitido al corralón, generando costos adicionales por arrastre y resguardo.
Otra sanción frecuente es el arresto administrativo. En lugares como la Ciudad de México, el conductor que da positivo en el alcoholímetro puede ser remitido al “Centro de Sanciones Administrativas”, conocido como El Torito, donde debe cumplir un arresto inconmutable que generalmente va de 20 a 36 horas. Este arresto no puede sustituirse por pago de multa y busca generar un efecto disuasivo más severo.
Consecuencias por salir positivo en el alcoholímetro
En cuanto a la licencia de conducir, un resultado positivo también tiene consecuencias. En algunos estados se aplican puntos de penalización o se registra la infracción en el historial del conductor. La acumulación de sanciones puede derivar en la suspensión temporal de la licencia o en la obligación de realizar cursos de sensibilización vial. En casos de reincidencia, la autoridad puede retirarla por un periodo más largo.
Adicionalmente, si el conductor alcoholizado provoca un accidente, las consecuencias pueden escalar a un ámbito penal, especialmente si hay personas lesionadas o fallecidas. En estos casos, el alcoholímetro positivo se convierte en un elemento clave para determinar responsabilidades legales.