Durante décadas, la creencia popular ha sostenido que los autos con transmisión manual consumen menos gasolina que los automáticos. Sin embargo, los avances tecnológicos de los últimos años han cambiado este panorama y han generado dudas entre los conductores que buscan eficiencia de combustible al elegir un vehículo.
Tradicionalmente, los autos manuales eran más eficientes porque su mecánica era más sencilla y ligera. Al tener menos componentes hidráulicos y electrónicos, la transmisión manual transfería la potencia del motor de forma más directa, lo que se traducía en un menor consumo de combustible. Además, el conductor tenía un control más preciso sobre las revoluciones del motor, lo que permitía optimizar el gasto de gasolina si se manejaba correctamente.
Por otro lado, las transmisiones automáticas antiguas solían consumir más combustible debido a pérdidas de energía en el convertidor de par y a cambios de marcha menos eficientes. Esto hacía que el motor trabajara a mayores revoluciones durante más tiempo, incrementando el consumo de gasolina, especialmente en ciudad.

No obstante, esta diferencia se ha reducido de manera significativa. Hoy en día existen cajas automáticas de seis, ocho o hasta diez velocidades, así como transmisiones CVT (variador continuo) y de doble embrague. Estos sistemas están diseñados para mantener el motor en el rango de revoluciones más eficiente, realizando cambios precisos y rápidos que optimizan el consumo de combustible.
En muchos modelos actuales, un auto automático puede igualar e incluso superar en eficiencia a su versión manual. Esto se debe a que los sistemas electrónicos analizan variables como velocidad, carga del motor y estilo de conducción para seleccionar la marcha ideal en cada momento, algo que no siempre logra el conductor promedio en un vehículo manual.
Acciones que consumen gasolina adicional
Además, el tipo de manejo también influye de forma importante. Un conductor experto en transmisión manual puede lograr consumos muy eficientes, mientras que un manejo brusco o con cambios tardíos puede aumentar el gasto de gasolina. En el caso de los automáticos, el consumo suele ser más constante y predecible, lo que beneficia a quienes conducen principalmente en tráfico urbano.
Finalmente, el peso del auto, el tamaño del motor y el tipo de trayecto son factores determinantes. En carretera, muchos automáticos modernos ofrecen excelentes cifras de consumo gracias a marchas largas que reducen las revoluciones del motor.