Los gastos de estacionamiento y pensiones vehiculares pueden ser deducibles para contribuyentes que utilizan un automóvil en el desarrollo de su actividad económica. Sin embargo, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) establece requisitos específicos para que estos sean válidos como deducción fiscal. Conocer las reglas evita rechazos durante revisiones y permite aprovecharlos correctamente.
El primer requisito indispensable es contar con una factura electrónica (CFDI) válida. Todo estacionamiento, pensión o servicio similar debe emitir comprobante fiscal con los datos correctos del contribuyente. Esto incluye el RFC, el uso del CFDI, que generalmente debe ser G03 (Gastos en general); y la clave del producto o servicio correspondiente. Si la factura contiene errores en la información del cliente o en el desglose del servicio, el SAT puede considerar el documento como inválido.
Además, el pago debe realizarse con métodos autorizados para deducción. El SAT solo permite acreditar gastos cuando se pagan con medios electrónicos, como tarjeta de crédito, débito, transferencias bancarias o monederos electrónicos autorizados. Aunque algunos estacionamientos permiten el pago en efectivo, estos no serán deducibles si no se utiliza un método que deje rastro bancario. En el caso de pensiones mensuales o contratos de estacionamiento, lo ideal es domiciliar el pago para generar comprobantes consistentes.
Otro elemento importante es la relación del gasto con la actividad económica del contribuyente. El uso del vehículo debe ser indispensable para el giro del negocio o prestación de servicios. Si el auto está registrado exclusivamente para uso personal o no aparece vinculado a la actividad empresarial, los gastos de estacionamiento no podrán acreditarse. Para personas físicas con actividad empresarial o arrendamiento, se recomienda mantener una bitácora de uso, rutas o citas laborales que sustenten la necesidad del coche.
Recomendaciones para no tener problemas ante al SAT
También es fundamental conservar toda la documentación relacionada con el servicio. Aunque la factura electrónica es el comprobante principal, en auditorías el SAT puede solicitar contratos de pensión vehicular, recibos de mensualidades y evidencia de los pagos electrónicos. Mantener estos documentos durante al menos cinco años es clave para evitar rechazos.
En el caso de empresas que proporcionan estacionamiento a su personal o utilizan flotillas, deben demostrar que el gasto forma parte de la actividad corporativa y que los vehículos están debidamente registrados en contabilidad. La falta de control interno en el uso del estacionamiento suele ser un motivo de rechazo.
