El uso excesivo del freno en bajadas prolongadas es una de las prácticas más comunes entre conductores que transitan por carreteras montañosas o con pendientes pronunciadas. Aunque pueda parecer una medida de seguridad, frenar constantemente en descenso puede poner en riesgo tanto al vehículo como a sus ocupantes.
Una de las principales razones para evitar esta práctica es el sobrecalentamiento del sistema de frenos. Según Bosch, cuando se mantiene el pedal de freno presionado durante un largo periodo, las pastillas y discos alcanzan temperaturas muy altas, lo que reduce significativamente su capacidad para detener el vehículo. Esto se conoce como fading o pérdida de eficacia de frenado.
Además, el calor extremo puede causar deformaciones en los discos de freno, desgaste acelerado de las balatas e incluso la evaporación del líquido de frenos, lo cual compromete todo el sistema hidráulico. En casos extremos, los frenos pueden dejar de responder por completo, lo que representa un grave peligro, especialmente en caminos con curvas cerradas.

¿Cómo bajar de forma segura?
Para evitar estos problemas, los expertos recomiendan utilizar el freno motor, una técnica que consiste en reducir la velocidad usando las marchas más bajas del vehículo. Al seleccionar una marcha inferior, el motor ofrece resistencia al giro de las ruedas, disminuyendo la velocidad sin depender completamente de los frenos. Esta técnica es especialmente efectiva en transmisiones manuales, pero también puede aplicarse en automáticos con modo manual o con opción de retención de marchas.
También es importante no apagar el motor en bajadas para "ahorrar combustible", ya que esto desactiva la asistencia del freno y la dirección, dejando al conductor sin control total del vehículo. Además, si el motor está encendido, los autos modernos detienen la inyección de combustible cuando no se pisa el acelerador en bajadas, lo que en realidad permite ahorrar más.