Conducir en estado de fatiga es tan peligroso como hacerlo bajo los efectos del alcohol, pues se disminuye la capacidad de reacción, la concentración y la percepción del entorno, aumentando significativamente el riesgo de sufrir un accidente. Por eso, saber identificar las señales de que estás demasiado cansado para manejar es clave para tu seguridad y la de los demás.
Uno de los principales indicadores es la sensación constante de sueño. Si notas que te cuesta mantener los ojos abiertos, parpadeas con frecuencia o comienzas a cabecear, es una señal clara de que tu cuerpo necesita descanso y no está en condiciones óptimas para manejar.
De acuerdo con la Fundación MAPFRE, otra señal común es la pérdida de concentración. Si empiezas a distraerte con facilidad, no recuerdas los últimos kilómetros recorridos o no puedes mantener una velocidad constante, es probable que estés demasiado cansado. También puede costarte seguir la línea del carril o reaccionar a las señales de tránsito.
El bostezo frecuente y el cambio de postura constante también son señales de advertencia. Cuando tu cuerpo intenta mantenerse despierto mediante movimientos involuntarios o incómodos, es una forma de compensar el agotamiento.
Otros síntomas incluyen visión borrosa o dificultad para enfocar, lo cual afecta la capacidad de percibir correctamente la distancia con otros vehículos o detectar peatones y obstáculos.
Tu actitud también delata cuando estás cansado
También puedes notar cambios en tu comportamiento al volante, como irritabilidad, impaciencia o conducir de forma más agresiva o desatenta. Estas conductas pueden derivarse del cansancio mental acumulado y suelen aparecer incluso antes de que te des cuenta de que estás fatigado.
Si experimentas alguno de estos síntomas, lo mejor es detenerte de inmediato en un lugar seguro, estirarte, tomar una bebida con cafeína o, preferiblemente, dormir una siesta de 15 a 20 minutos. Ningún destino justifica poner en riesgo tu vida o la de otros.
Reconocer que estás demasiado cansado para manejar es un acto de responsabilidad. La fatiga al volante es una de las principales causas de accidentes en carretera y puede prevenirse con descanso adecuado, pausas regulares y una conducción consciente.
