Los asientos de piel aportan elegancia y confort al interior de un auto, pero también requieren cuidados específicos para mantener su apariencia y durabilidad. A diferencia de la tela, este es un material natural que puede resecarse, agrietarse o decolorarse si no se limpia y protege correctamente. A continuación, te explicamos cómo mantenerlos en buen estado y prevenir el desgaste prematuro.
Antes de aplicar cualquier producto, es importante aspirar los asientos de piel para eliminar el polvo, migas y suciedad acumulada. Usa una boquilla suave para no rayar la superficie y asegúrate de limpiar las costuras, donde suele acumularse más suciedad.
Evita los limpiadores multiusos, con alcohol, amoníaco o productos abrasivos, ya que pueden dañar el acabado de la piel. Opta por productos diseñados específicamente para cuero automotriz. Aplícalos con un paño de microfibra suave y realiza movimientos circulares en los asientos, sin frotar con fuerza.

Después de la limpieza, es fundamental hidratar los asientos con un acondicionador de cuero. De acuerdo con Bosch, este producto ayuda a mantener la flexibilidad natural del material, evita que se reseque y previene grietas. Aplica el acondicionador uniformemente, déjalo actuar unos minutos y retira el exceso con otro paño seco.
¿Cada cuando se deben limpiar los asientos de piel?
Se sugiere limpiar e hidratar los asientos de piel al menos una vez al mes si el uso del auto es frecuente. En climas cálidos o secos, es recomendable hacerlo cada dos semanas para contrarrestar los efectos del calor y la resequedad.
La exposición prolongada al sol es uno de los principales factores que provocan el agrietamiento de la piel. Por ello, LTH sugiere, estacionar en lugares con sombra cuando esto sea posible, usar parasoles en el parabrisas y considerar el uso de fundas si el auto pasa mucho tiempo al aire libre. También puedes aplicar protectores con filtro UV para cuero para un mayor cuidado.