El Gran Premio de Brasil, disputado en el Autódromo José Carlos Pace, conocido mundialmente como Interlagos, es una de las pruebas más exigentes de toda la temporada de la Fórmula 1. Aunque el trazado de apenas 4.309 kilómetros puede parecer corto comparado con otros circuitos del calendario, las condiciones en las que se disputa y sus características técnicas lo convierten en un verdadero reto para los motores y las unidades de potencia.
Una de las principales razones por las que Interlagos es tan demandante radica en su altitud. El circuito se encuentra a más de 700 metros sobre el nivel del mar, lo que significa que el aire es menos denso y los motores turboalimentados deben trabajar más para mantener el rendimiento óptimo. Esto no solo afecta la potencia del motor, sino también la eficiencia de los sistemas de refrigeración, que deben soportar temperaturas internas más altas durante toda la carrera.

A esta exigencia se suma el trazado técnico y fluido del circuito, que combina curvas lentas, medias y rápidas con pocos momentos de descanso para el motor. Las zonas de aceleración intensa, seguidas de frenadas bruscas, ponen a prueba tanto la gestión de energía como la fiabilidad mecánica. Los sistemas híbridos, que combinan el motor de combustión con unidades eléctricas, también deben equilibrar cuidadosamente la entrega de potencia para evitar el sobrecalentamiento de las baterías y los componentes eléctricos.
Factores unos únicos presentes en el GP de Brasil
Otro factor clave es el sentido antihorario del circuito, algo poco común en la F1. Esta disposición exige un esfuerzo adicional tanto a los pilotos como a los sistemas del vehículo, especialmente en lo relacionado con la lubricación del motor, que debe soportar cargas laterales diferentes a las de la mayoría de las pistas.
Además, el clima impredecible del GP de Brasil cambiar drásticamente el comportamiento del motor. Las lluvias frecuentes, combinadas con altas temperaturas y humedad, complican la refrigeración y la gestión de neumáticos, obligando a los ingenieros a encontrar un delicado equilibrio entre rendimiento y fiabilidad.