Tras 18 meses de negociaciones, el Senado de Estados Unidos (EU) aprobó el domingo pasado un plan de Joe Biden para el clima y la salud, que incluye un crédito fiscal para autos eléctricos, por 430 mil millones de dólares de inversión, propuesta que retornará a la Cámara de Representantes para una votación final, antes de ser promulgada como ley por Biden.
"La Cámara de Representantes debería aprobarla lo antes posible y estoy deseando firmarla para que se convierta en ley", dijo el presidente de EU.
Pero, ¿a qué se refiere esta posible ley de EU sobre los autos eléctricos?
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Esta propuesta, que ya fue bautizada como la "Ley de Reducción de la Inflación", incluye 370 mil millones de dólares para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 40% antes de 2020.
Por un lado, propone la instalación de placas solares, que será subsidiada en 30%; y por otro, cada estadounidense recibirá hasta 7 mil 500 dólares en créditos fiscales por la compra de un vehículo eléctrico.
Pero la Alianza para la Innovación Automotriz, que representa a los principales fabricantes de EU, dijo que la mayoría de los autos no cumplirían los requisitos de crédito fiscal y consideró que el proyecto es una "oportunidad perdida".
Esto se debe a que para ser elegible al crédito, un vehículo eléctrico debe contener una batería producida en Norteamérica con minerales extraídos o reciclados en el continente.
Actualmente, la Alianza calcula que 50 de los 72 modelos eléctricos, de hidrógeno o híbridos vendidos en EU no satisfarán los requerimientos.
Sin embargo, la producción de litio y otros minerales usados en las baterías de los vehículos eléctricos está dominada por China. Y el mayor productor mundial de cobalto, otro componente de las baterías para estos vehículos, es la República Democrática del Congo.
China arremete contra EU por propuesta de ley
El día de ayer, China criticó la ley de EU para alentar la producción nacional de microprocesadores y reducir la dependencia en suministros asiáticos, diciendo que es una amenaza al comercio y un ataque a las empresas chinas.
La medida responde en parte a advertencias de que los suministros pudieran verse interrumpidos si China ataca Taiwán, que produce 90% de los chips de tecnología de punta. El gobernante Partido Comunista de China dice que Taiwán es parte de su territorio.
La medida "afectará el comercio internacional y distorsionará las cadenas globales de suministro de semiconductores", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
"China se opone firmemente a eso", añadió.
El gobierno chino se ha gastado decenas de miles de millones de dólares en el desarrollo de la industria nacional de microchips.
Sus fábricas producen chips básicos para autos y otros productos, pero no pueden abastecer a celulares de tecnología avanzada y otros dispositivos.
Con información de EFE, AP y AFP.