Ferrari anunció el día de ayer que fue víctima de robo de documentos sensibles, aparentemente a través de un ciberataque que no había afectado sus negocios ni operaciones.
La firma italiana de autos de lujo agregó que fueron al menos 7 gigabytes de documentos, entre los cuales había hojas de datos y manuales de reparación.
Dijo que los había identificado publicados en internet, aunque sin evidencia de una violación a sus sistemas de seguridad ni de un ataque conocido como ransomware o secuestro de datos.
Este ciberataque consiste en infectar los sistemas de una compañía, paralizándolos, para pedir un “rescate”. Ferrari dijo que estaría trabajando para identificar de qué manera había sucedido la filtración.
Un poco antes del anuncio de Ferrari que se dio en la agencia Reuters, el periódico italiano Corriere della Sera ofreció más detalles al respecto: en el sitio web Red Hot Cyber se adjudicaba el ataque al grupo de hackers conocido como RansomEXX, sin embargo Ferrari no confirmó este dato, y dijo que en realidad no tenían evidencias del ataque.
Tampoco se dijo nada sobre si los documentos involucran al equipo de la Fórmula 1, o a los nuevos modelos de la firma como el Purosangue. Esta incertidumbre revivió viejos temores para Ferrari, ya que recuerda al “Spygate”, un caso de espionaje en que se vieron involucrados McLaren y Renault.
Revive en Ferrari el fantasma del “Spygate”
No es la primera vez que Ferrari sufre un robo de documentos. En 2007 vivió una experiencia similar que involucró a McLaren y a Renault, que fueron acusados de espionaje.
Fue a finales de 2007 cuando Ferrari despidió a Nigel Stepney, su jefe de desarrollo y jefe de mecánicos. Stepney había vendido información de la fábrica de Ferrari a McLaren, particularmente a Mike Coughlan, su diseñador en jefe.
Luego se descubrió que Renault había hecho lo mismo con McLaren. Todo resultó en un severo castigo al equipo británico, con su expulsión del campeonato de Constructores y una multa récord de 100 millones de dólares.
Fue sin duda el mayor escándalo de la temporada. Todo habría empezado por la ambición de Nigel Stepney de ser ascendido al puesto de jefe de pista, sin embargo, justo después del retiro de Schumacher, Ferrari nombró como tal a Luca Baldisseri y como director técnico a Mario Almondo.
Stepney sería jefe de desarrollo, un puesto que le obligaba a permanecer en la fábrica. Enfurecido, Stepney robó durante su estancia en la fábrica hasta 780 páginas de datos e información sensible de tecnología, que la misma esposa de Stepney había fotocopiado.
Después del despido de Stepney y la caída de Mike Coughlan, McLaren abrió su propia investigación y resultó que había sido víctima de los mismo frente a Renault.
Lo peor era que los pilotos de McLaren, Fernando Alonso y Lewis Hamilton, y otros empleados técnicos claves, tenían conocimiento de las situaciones.
Renault fue declarado culpable, pero no recibió sanción como sí el equipo británico. Coughan tuvo que pagar una multa de 180 mil euros y Stepney fue condenado a 1 año y 8 meses de prisión, aunque murió en 2014 en un choque de tránsito sin cumplir condena.
Todo este escándalo quedó para la posteridad conocido como Spygate, o Stepneygate, y quedó grabado en las memorias de Ferrari y McLaren. Quedará esperar para saber si este robo de documentos reciente tiene mayores implicaciones.